Una anéctoda imperdible de Andrés Korn en WSOP con ...
Todo empezó así. Cuando terminó esta primera etapá del Main Event hicimos una lista entre los miembros del Staff de Hablandodepoker de seis o siete jugadores de poker argentinos, latinos o extranjeros con los que queríamos charlar para publicar sus experiencias en este Main Event, y uno de ellos fue Andrés "Cacho" Korn, quien fue el argentino que llegó más lejos en el torneo más importante del Poker Mundial.
Al repasar sus respuestas (la entrevista será publicada la semana próxima) nos encontramos con esta anécdota que no podía esperar y más con el suspenso y el relato que el propio Korn le dio.
Aquí va:
"Un lobo disfrazado de cordero"
Cuando quedaban 705 jugadores, o sea faltaban 12 para cobrar, se pela un jugador a mi izquierda y mueven a un ruso con 45000 fichas. La luz estaba creo que en 3000-6000, y el promedio debía rondar los 450.000. O sea que sus perspectivas no pintaban muy bien.
Cada
uno que se iba pelando festejábamos con el ruso, era un desafío ver si llegaba a los cobros. Tiró todas las manos hasta que explotó la burbuja.
Pasó con 14.000. Cuando cobramos fuimos todos a abrazarlo, era increíble lo que había aguantado. A la primera mano post burbuja, el se juega UTG, el botón paga, una señorita que no jugaba demasiado bien y yo, antes de ver mis cartas, decido que si tengo cualquier cosa aceptable, me iba a jugar encima para aislarlo, ya que no me parecía que la chica esté muy fuerte. Levanté K10, y me jugué.
La chica las tiró, el ruso dio vuelta, JJ, flop AJ10, x, x, y se triplicó el ruso. Se fue a 50.000, que todavía era casi nada.
Como una hora después voy jugado y la misma chica me grita "No estarás yendo de vuelta con K10, que la otra vez me hiciste tirar KQ, y metía escalera al flop".
O sea que si yo no me hubiera metido, lo hubieran echado al ruso.
Que no resultó ser ruso, si no checo. Y está entrando como chip leader al November Nine. Se llama Martín Staszko. Y ni se debe haber enterado que le salvé la vida, porque su inglés es más o menos como mi checo.
Tan buenito que parecía, resultó ser un lobo disfrazado de cordero.