El bandido de la moto pasará 6 años más en la cárcel
El "bandido de la moto" no se va a ir de rositas, como parecía.
Antes de contaros cómo ha terminado su relación con la justicia estadounidense, os refrescamos la memoria con su extraña historia.
En diciembre de 2010, Anthony Carleo, más conocido como “Biker Bandit” o “el bandido de la moto” robó en dos casinos de Las Vegas: el Suncoast y el Bellagio. Especialmente curioso fue el segundo, ya que entró en el casino con la cara tapada por un casco de moto y a punta de pistola logró llevarse 1,5 millones de dólares en fichas de 25.000$. Acto seguido, huyó en su Suzuki de gran cilindrada, sin que nadie pudiese pararle. Poco después, Carleo se instaló en una suite de lujo en el propio ¡Bellagio!, donde se dedicó a consumir sustancias “excitantes” y a gamblear a lo bruto. Digamos que “reinvirtió” en el mismo casino Bellagio unos 300.000 de los dólares robados. No obstante, transcurrido algún tiempo, Carleo encontró dificultades a la hora de vender las fichas de 25.000 y las intentó cambiar por dinero en el foro de TwoPlusTwo. Y esta imprudencia le costó su detención por la policía de Las Vegas. Carleo fue finalmente acusado de los dos robos, el del Bellagio y el del Suncoast.
El caso levantó un considerable revuelo no solo porque en la capital del juego estaba creciendo de forma notable la inseguridad, sino porque el citado Carleo era hijo de un respetado juez local.
Pues bien, tras su captura, el bandido motero fue puesto a disposición judicial, ingresando en prisión.
La semana pasada nos sorprendió la noticia de la benevolente sentencia del juicio por el robo al Bellagio. La jueza Michelle Leavitt fue muy condecendiente con Carleo, ya que le impuso una pena de 3 a 11 años de prisión, al tener en cuenta como atenuantes la confesión voluntaria del ladrón, su arrepentimiento público, la inexistencia de antecedentes penales y, quizá, el hecho de ser el hijo descarriado de un colega juez.
La sentencia no agradó en absoluto a la opinión pública, ya que permitía salir al bandido de la cárcel, en libertad condicional, en marzo de 2013. “Algo olía a podrido en... Las Vegas”.
No obstante, como os comentaba, Carleo no va a salir tan fácilmente de la cárcel. Tenía pendiente de resolución el caso del robo al Casino Suncoast y el juez Michael Villani no ha sido tan blando con él.
Pese a que Carleo ha seguido la misma estrategia de defensa que en el juicio anterior, no ha obtenido los mismos resultados. El bandido motero ha declarado avergonzarse de sí mismo y ha asegurado que no es un caso perdido y que quiere rehabilitarse. Además, ha aportado como pruebas una gran cantidad de cartas de familiares, profesores y conocidos en las que hablan bien de su pasado. Pese a todo, el citado juez le ha hallado culpable y le ha condenado a una pena de 6 a 16 años de prisión y a devolver al Suncoast los 18.945$ que robó de la caja del casino durante la disputa de un torneo.
Curiosamente, la sentencia del caso Bellagio no ha tratado el tema de la devolución del dinero robado. La policía de Las Vegas solo ha podido recuperar fichas por valor de 793.000$; el resto está en paradero desconocido. De cualquier forma, ni el bandido de la moto, ni ninguno de sus compradores podrán utilizar las fichas, ya que el Bellagio ha cambiado las de 25.000...
Sea como fuere, Anthony Carlos permanecerá en prisión, al menos, hasta marzo de 2019. La población de Las Vegas ya está más tranquila.
Al margen de todo esto, ¿hay algo que se nos escapa? ¿Qué sentido tiene que el juez Villani le imponga una pena mínima de 6 años por robar unos 19.000$ y que la jueza Leavitt solo le imponga 3 por quedarse con 1,5 millones? Como os escribía antes, utilizando una frase de Hamlet: "Algo huele a podrido en... Las Vegas".
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